Dar con la horma del zapato

Las organizaciones empresariales, independiente de su tamaño, autónomo, pyme o multinacional, viven actualmente en una época de cambio continúo. A pesar de ello, hay unos cimientos que se construyen al inicio de la actividad y que no cambian, son tan firmes que superan cualquier incertidumbre, tormenta o imprevisto que surja en la vida de la organización. Estamos hablando de la Cultura de la Empresa.

Según F. Gan,  la cultura de  la empresa es “el conjunto de normas, valores y formas de pensar que caracterizan la actividad de la empresa en el día a día”, son la referencia colectiva de “lo que se debe hacer” o “cómo se hacen las cosas”.

Los valores que impregnan a la organización son los moldes o la “HORMA” con la que damos forma a las personas de nuestra empresa; los valores son los que menos varían en la vida de  la organización.

El capital humano que integra el proyecto empresarial debe estar impregnado de esos valores; por lo tanto, ante la incorporación de una persona en la empresa hay que seleccionarla teniendo en cuenta esa “Horma”; elegirla, desarrollarla y consolidarla convenientemente en la organización.

Como profesionales de la Selección, éste es el mayor reto que tenemos en un proceso de reclutamiento, preselección e incorporación de los perfiles más adecuados a la Organización para la que trabajamos.

Los procesos de selección son cada vez más minuciosos, los perfiles profesionales de los aspirantes más similares, muy cualificados y con gran proyección. Nuestra misión como seleccionadores es impregnarnos primero de la cultura y valores de nuestro cliente, conocer la “horma” a la que se ajustará el futuro profesional a la organización. Este es el área que debemos interiorizar como profesionales en nuestro trabajo diario. Conocer la organización, su misión, visión, su estrategia empresarial, los patrones en base a los que  toman las decisiones.

Cada persona, sea consciente o no, parte de unos  valores y se manifiestan en sus competencias, sus comportamientos (pobre de aquel cuyas palabras son mejores que sus actos).

Las pruebas situacionales son unas herramientas potentes en las selecciones; situaciones imprevistas, en solitario, en equipos, de autoconocimiento personal, nos hace tener una referencia real del comportamiento del candidato en diferentes situaciones para valorar la adaptación de ese candidato a los valores de nuestro cliente.

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Cada candidato es válido para una horma en concreto; los procesos de selección conllevan sus riesgos; incorporar a una persona en una organización donde su “horma” no encaja correctamente, no es problema a veces de los candidatos. En este caso, se debe  pedir perdón al candidato ya que el molde no era el adecuado, con las consecuencias que ello conlleva para la Organización y para el candidato (hay algunos que intentan pulirse, limarse para poder moldearse  aunque  a la larga no encajan).

Nuestro mayor reto como profesionales es encontrar el zapato que mejor encaje con  la “Horma” que la organización nos ha definido. Un zapato ofrece mucho más que solo caminar.

Desarrollo +Talento tiene como objetivo  fundamental en cada uno de nuestros proyectos interiorizar  los valores y cultura de las empresas para las que trabajamos. Innovando en pruebas situaciones de diferente índole, queremos aportar herramientas potentes que refuercen como profesionales las demandas de nuestros clientes en distintos ámbitos, selección, desarrollo, motivación de equipos y procesos de gestión de competencias en las organizaciones.

Cada proyecto un reto.

Sonia Müller – Responsable Selección y Consultoría Organizacional D+T